Detrás de la fotografía
Este artículo, está dedicado a ti.
El comienzo de la mayoría de los aficionados a la astronomía, es la observación visual directa, probablemente en solitario y en busca de forma ilusionada de esos objetos que previamente vimos en libros o revistas, la reacción inmediata tras “localizar” con la inversión de tiempo y no poco esfuerzo, es la de compartir esa emoción, las reacciones de la gente al ver objetos difusos, es muy dispar, unos dan un alarido ¡¡¡lo veo, lo veo!!! Otros muestran su indiferencia – ¡aaah…… ya. ! Otros se acercan mudos, miran… y se van con el mismo silencio con el que llegaron, y te preguntas, - pero bueno ¿es que no has visto nada?
Durante años, podemos dedicarnos a la afición de esta forma, aunque probablemente podemos evolucionar hacia la “ASTROFOTOGRAFÍA” pues en mi caso y seguramente alguien más piense como yo, la fotografía astronómica es una forma más perdurable de disfrutar del cielo y de los objetos de forma objetiva, también resulta muy ilusionante obtener imágenes, recrearnos y disfrutar con ellas en cualquier momento cosa que en la observación visual directa no sucede, pues se depende entre otras cosas de la climatología.
Por otra parte, la observación en directo tiene límites superados por la fotografía; como disfrutar del color y poder sencillamente ver lo invisible para el ojo, sobre todo esto último es determinante para la mayoría de los astrofotógrafos.
La parte estética tiene un gran peso que las bondades de la fotografía revelan y no es de extrañar que algunos repitamos la captación de un determinado objeto hasta quedar satisfechos con el resultado.
Puede parecer por todo lo que apunto que soy retractor de la observación visual directa, y no es así pues tengo memoria y me acuerdo de los muchos años que he vivido la astronomía solamente mirando, pero hay un concepto común para todos y es: “QUERER MÁS”, todos queremos más… ver objetos que no hayamos observado, mayor diámetro de telescopio para llegar a una magnitud más débil, etc. etc. El reto se mantiene en astrofotografía… mejor montura para obtener más puntualidad en las estrellas y aumentar su definición y resolución, mayor diámetro en la óptica para alcanzar mayor resolución y ganancia, y otro gran tema, disponer de un elemento captador lo más eficiente posible; en esta carrera de perfección el límite lo pone la economía, aunque cada vez se evidencia lo que dan de si los equipos modestos en manos maestras.
Una larga trayectoria en la afición por la astronomía, que nos ha llevado a ir acumulando conocimientos del universo, a encontrar galaxias, nebulosas, cúmulos y un abanico de objetos que hemos tenido que aprendernos para poder verlos o fotografiarlos siguiendo caminitos de orientación cual vereda. Se están imponiendo últimamente los sistemas goto y de autoguiado que de alguna forma eliminan de un plumazo el trabajo en encontrar los objetos que nos llevaría un buen rato localizar, el ahorro de tiempo en este sentido pude invertirse en tiempo de captación, otro pasito más en la evolución. Aunque yo no dispongo de este sistema, lo anhelo tanto como un observatorio fijo que creo que todo el que lea estas letras también deseará, de no disponer ya de él.
Las últimas tecnologías nos brindan la oportunidad de poder trabajar con muy aceptable calidad bajo cielos polucionados lumínicamente, también los filtros salen al paso en nuestra ayuda para combatir las consecuencias de la mala iluminación urbana así como la selección de una determinada longitud de onda de forma selectiva que nos muestran otra dimensión sobre objetos que teníamos en mente de forma muy diferente.
Largo es el camino que hemos recorrido desde las primeras observaciones con aquel pequeño telescopio fundador de toda la ilusión del mundo cuando aún éramos unos niños y de aquellas primeras fotografías en blanco y negro donde era todo un reto que las estrellas aparecieran puntuales y no como rayas o mariposas o una imagen llena de donuts por no haber conseguido enfocar, ¿cuantas pruebas no habremos hecho con tantísimo film distintos?
Creo que agotamos todas las posibilidades de las películas que podían rendir en astronomía, ya sean en diapositivas como en negativo cada una con sus características peculiares y sus respuestas espectrales distintas, siempre parecía cumplirse una regla: cuanto más satisfechos estuviéramos de la jornada fotográfica, más nos estropeaban el resultado en el laboratorio.
Y por fin, “EL DIGITAL” que ha llegado cargado de nuevos conceptos, nuevas técnicas y formas de proceder aun con la inercia de todo lo andado mantenemos ciertas formas de “hacer”. He oído decir que es más sencillo trabajar con el digital y con todas las nuevas técnicas, pero sea como sea, "MIRANDO DETRÁS DE LAS FOTOGRAFÍAS" solo puedo sentir un profundísimo respeto por todos los compañeros que muestran sus trabajos en sus Web, listas de correo o foros, que si los comparamos con aquellos inicios hace ya…. ¡¡¡No nos lo podríamos creer !!! .
Jesús Ríos